La Petite Mort




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Letras, música e interpretación: Alex Valdivia
Producción: Gabriel & Alex Valdivia



La pregunta I


Cuando me desperté ya no vi el río
y el cuerpo fue llenando los vacíos
jugando al blanco y negro
e inventándose el color

Y vi a mi alrededor una balanza
llena de caras, velos y avalanchas
y supe todo muerto en mi universo,
menos yo

Y cuando las cortinas del aliento
dieron señas de ser, sino un momento,
vi a la sabiduría como un juego en expansión

Pero saberse o no entre las penumbras
es pretender hacerse la pregunta
y ver el otro lado del abismo de ocasión

Y el mundo fue un reguero de eufemismos
buscando descifrar al absentismo
de seres que se encuentran en la noche por rigor

Y quise derribar esa muralla
tras la que examinamos las pantallas
y gastamos la vida adivinando su explosión

En una roca tonta nos movemos
buscando por los su selos de los cielos
otro significado al algoritmo y al patrón

Tanto se rie el mundo de los ciegos
por confundir visiones con el fuego
que pinta en las paredes de la cueva su traición

Y me moví apostándoselo todo
ese motor que llora con los coros
con que se llaman los espíritus en su prisión

Y cuando quise ser lo que se oía
surgió de mi raíz una semilla
y me rompí a mi mismo en dos mitades de un tirón

Una camina astuta en las ciudades
mezclando las esquinas con los bares
y aprendiendo el vocablo que pronuncian más de dos

La otra es un pequeño que se esconde
y cuando se le llama no responde
y escribe en las paredes una vieja confesión

La Petite Mort

I


Mandamientos y tinieblas
nos trae la naturaleza,
nos desvisten como a tientas
e inventamos la certeza

Tu y tus piernas tan abiertas,
yo encontrando con destreza
el meollo de los novios
que comparten las cerezas

La radio de los amantes
nos sabe tocar las cuerdas.
Tu me empujas, soy gigante
pero caigo aquí en tu puerta

Todo apunta a ser eterno.
La misión ha sido expuesta
a la hoguera del binomio
que sopla tu boca abierta

Si hay una canción de amor aquí
cántamela ya, que siento el fin.
Busca palpitar tu piel con mi piel.
Salta el animal, cumple su deber.

Si me tomas en las manos
iré perdiendo la cuenta
de las veces que fui humano
y dudé de mi experiencia.

Son tus ramas en el árbol,
son los senos de tu esencia,
más allá de tus entrañas,
que en tu cenit se despierta.

Sexo adentro no recuerdo
si pierdo o gano la apuesta,
pero sé que siempre muerdo
del veneno en esta fiesta.

Si hay un corazón que late en mi,
muéstramelo ya, que siento el fin.
Esta claridad de no estar aquí
se quiere instaurar, me viene a exigir.

Salta el animal, buscando en mi
o en la oscuridad cómo existir.
Si fuese real mi imagen de ti;
nada más fatal, nada más feliz.

Del espasmo al manicomio
de morir entre tus piernas,
a las garras del demonio
de existir cuando me inventas.

Nos quedamos como escombros
de universos que se alertan:
“Allá afuera vive alguien
y esta tocando tu puerta”

II


— Quién es?
— Soy yo
— Quién va?
— Soy yo
— Y quién es usted?
— Soy una masa enorme entre sus ojos y su sien.
— Qué quiere usted saber de mi? Cómo me encontró?
— He estado siempre afuera y bien adentro de los dos
— Qué puedo hacer yo por usted? Quisiera saber…
— Vengo a hablar de la nada de la que escapa usted.

— Ni más allá ni más acá, todo vive en mi. Lo vivo con lo muerto y cien mil años para huir.
— Recuerda usted, tal vez, a un dios. No le hace feliz?
— O dioses somos todos o ninguno de los dos
— Y ahora que estamos aquí, qué se debe hacer?
— O mirar hacia afuera o acordarnos de crecer.
— Existe usted?
— Existe usted?
— Quién puede saber?
— Afuera solo existe porque adentro vive usted.

— Quisiera usted salir de aqui?
— Y adónde es aquí? Esto es solo un impulso que el nervio llama vivir.

III

Aquí en la oscuridad,
persiguiendo un placer,
olvidando el dolor de aprender a nacer.

Alguna voz allá
o las luces de aquél...
Debe existir un orden del que pueda aprender

La tempestad del mar
el caos de no ser
más que un cortocircuito consciente, tal vez.

Éste cuerpo es vital,
si es real, no lo sé.
El mundo es de cristal
porque yo lo inventé.

La biología de andar
debajo de la piel
buscando una señal,
un impulso, un deber...

IV

Ella se mueve (creo yo),
de alguna forma estoy aqui,
y siento el nervio y el temblor
del frio profundo de acudir
a la llamada del amor,
la pantomima de existir.
Pensándolo un poco mejor,
ni sé qué soy ni sé qué fui.

Siempre caigo del tendón
a una oscuridad feliz
a la nada que no aguarda
para mi ni para si
Creo verla en su estupor
cuando le empiezo a decir:
Todo es vano, todo es falso,
cuando existes porque sí.

El universo que hice yo
cabe todo dentro de mi
como decir que no son dos
los que se lanzan a sentir
la encrucijada del dolor
con el placer de definir
un mundo desde las tinieblas
donde ella baila para mi.

No se si sea mucho mejor
dejarlo todo y sacudir
la imagen suya en mi conciencia,
adivinar si estoy aqui.
Si busco no se bien quien soy,
si busco no sé qué decir,
pensaba que era un semidiós
y ahora resulta que la nada...

V

... Nada. 
Nada queda, nada espera por mi.
Ecos y pisadas de un gigante que se acuesta a dormir.

Descubriendo el agujero
somos dioses y pioneros
no sabemos desaparecer
porque al parecer
la ciencia nos acompleja
con culto a la moraleja
comenzamos a desvanecer
en la nada.

Nada.

Nada llega, nada que hay que temer
Ruidos en la noche 
y estas luces son mentira también

Universos paralelos
de electrones que surgieron al mirarnos
y quisieron ser
- solamente ser - 
Y por ser, seremos todos
(unos tristes, otros solos)
en el viaje
sin querer caer en la nada.

VI

No sirvieron las palabras que entoné
al llevarte a cuestas.
Siempre estuvo el baile bueno de tus manos en mi piel
regalándome las fiestas.

Vuelvo a ti desabrigado y con el cuerpo almidonado
y la certeza
de que algún rincón del mundo arderá.
Tiene que pasar.

Vida sigue siendo un sueño
y qué mas da?
Mi cuerpo vive aqui.

Como un santo quise verte resucitar,
dejarte descubrir.
A lo lejos suena una guitarra
con un canto que debimos aprender,
pero siempre busca vida en sus amarras
y volvemos a la hora del placer.

Si hay una razón de estar aquí,
muéstramela ya, que siento el fin.
No logro entender qué quieres de mi:
Una historia real?
Un final feliz?

Vive el animal dentro de mi,
preso de un afán de su raíz.
Logra alucinar y te encuentra al fin
sin examinar,
sin saber sentir.

La pregunta II

Queda al final la realidad?
Si algo es verdad, hay que pactar?
Cómo encontrar sin tropezar?
Qué hay que buscar?
Cómo hay que amar?

En dos planetas tristes nos movemos
mostrándonos el cielo de los sueños
Y dándonos a cambio una versión que no pasó

El mundo es una extraña voltereta
y nos enseña, uraño, la careta
y asi vamos al baile sin sabernos la canción

Una vez fuimos dueños del Olimpo
y hoy besamos el suelo con ahinco
y jugamos el juego de crear la creación

Pero siempre al final de los otoños
caemos como hojas de algún olmo
cuando el nervio se apaga sin saber que se apagó

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